martes, 22 de octubre de 2013

Entrenamiento Geográfico IV

“Kazajistán es un interlocutor clave para la Unión Europea como fuente de estabilidad y prosperidad”. Con esta frase se despedía el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, del Presidente de la república kazaja,Nursultan Abishevich Nazarbayev.
El escenario era una rueda de prensa en la ciudad de Astaná, capital del estado asiático, pensada para afianzar los contactos empresariales y comerciales entre los dos países.


La turbia expulsión de la familia de un disidente kazajo avergüenza a Italia


El embajador de Kazajistán en Roma levantó el teléfono el pasado 27 de mayo, solicitó una cita en el Ministerio de Interior y pidió la captura de un peligroso criminal de su país en la capital italiana. El jefe de gabinete del ministro se puso a ello y a los dos días, la medianoche el 29 de mayo, una operación de 50 agentes irrumpió en la casa señalada, donde sólo estaba la mujer del sospechoso. Fue detenida con la acusación de pasaporte falso, que era auténtico, y luego fue arrestada su hija de seis años. La embajada kazaja ofreció un jet privado para mandar a las dos a su país. Es un protocolo anómalo, pero las autoridades italianas accedieron y el 31 de mayo despegaron. Todo en cuatro días.

Las advertencias de Amnistía Internacional no han sido suficientes. La Audiencia Nacional acordó ayer extraditar a Kazajistán al disidente kazajo Alexander Pavlov, a quien las autoridades de su país acusan de delitos de terrorismo, por conspirar supuestamente para cometer una serie de atentados que jamás llegaron a consumarse, y de estafa al BTA Bank, del que habría obtenido fraudulentamente un crédito de 22,5 millones de dólares.
Pero Pavlov, detenido a su llegada a España en diciembre de 2012, era sobre todo el hombre de confianza y jefe de seguridad de Mukhtar Ablyazov, asilado político en Londres y principal opositor del presidente kazajo Nursultan Nazarbayev. La reciente detención en Italia y entrega a Kazajistán de la mujer y la hija de Ablyazov provocó un terremoto político en Roma y obligó a dimitir al jefe de Gabinete del ministro del Interior.
La semana pasada, coincidiendo con la vista oral de la extradición, Amnistía Internacional advirtió de que, si España entregara a Pavlov, “estaría violando sus obligaciones internacionales”, pues existe riesgo cierto de que “sufra tortura, juicio injusto u otras serias violaciones de los derechos humanos”.
El auto de la Sala de lo Penal intenta disipar estos temores recordando que España y Kazajistán han firmado un tratado de extradición que, aunque no entrará en vigor hasta el 1 de agosto y por tanto no puede aplicarse, evidencia “la recíproca confianza existente entre ambos Estados”. El hecho de que Kazajistán se haya adherido al Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos lleva a los jueces “a la confianza de que cubre unos mínimos esenciales en materia de garantías y derechos fundamentales”. Aunque alegan que no pueden valorar la veracidad de los delitos que se imputan al disidente, subrayan que se trata de delitos comunes y no políticos. Finalmente, hacen hincapié en que las autoridades kazakas han prometido que diplomáticos españoles podrán visitar a Pavlov en prisión.
Una vez que la decisión judicial sea firme, la última palabra la tendrá el Gobierno. La defensa del disidente tiene pocas dudas de que será positiva. Kazajistán es una república petrolera con grandes perspectivas de negocio: Talgo acaba de venderle 21 trenes por 482 millones y Rajoy planea visitarla en otoño.


  



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